-¿Llamó, señor?
-Sí, quiero tener la hora de Francia.
-¿Perdón?
-¡Quiero tener la misma hora de Francia!
-Pero señor...son 4 horas menos...
-No me importa, es para ahorrar energía.
-Pero...señor...no puede aislar a la ciudad de Buenos Aires de esa manera...
-La ciudad es mía.
-No, claro que no.
-Sí, sí, la gané, salió en la tele.
-Señor...lo que usted ganó es una elección...eso es que por un período de tiempo es el gobernante electo...y permita que haga énfasis en la frase "por un período de tiempo"...
-¿No es mía?
-No, señor.
-Pero, pero...tengo mis impuestos y mi ejército.
-Eh...no tiene ejercito, señor...tiene un cuerpo metropolitano de policia.
-Pero es mío, yo le copie los uniformes a la policía británica y son míos.
-No señor, lo siento, es como si los prestaran...después tiene que devolverlos.
-¿Está seguro?
-100 %.
-¿Y la hora?
-Permitame darle un ejemplo práctico para lo entienda mejor, señor. Si la ciudad de Buenos Aires tuviera, el huso horario de Francia...alguien que viva en, por ejemplo, Vicente López y que entrara a trabajar a las 9 en la Capital tendría que levantarse a las 4 de la mañana para estar a las 5 de la mañana en el trabajo que en el huso horario capitalino serían las 9.
-No entiendo.
-Sería así...la frontera que limita el huso horario sería la Avenida General Paz, entonces al cruzarla, tendríamos 4 horas más o menos, dependiendo de para que lado uno vaya.
-No entiendo.
-Mire señor, es sencillo...tengo una operación aritmética simple...9 - 4.
-¡13!
-No señor, eso es una suma.
-¡36!
-No señor, está multiplicando.
-¿42?
-No señor, por favor deje de hacer eso.
-No entiendo.
-Justamente señor, ¿está seguro que quiere complicarse con esas cuentas todos los días?
-No, no quiero.
-Perfecto, señor es una decisión excelente.
-Es que soy todo un estadista.
-Lo sé, señor.
-Tenía el estadio de la boca.
-Lo sé.